lunes, 24 de diciembre de 2012

Capítulo 7.


La miré sorprendido e intrigado.
- ¿Ah sí...? –pregunté mirándola travieso.
- Aham...
- ¿Y me vas a decir de qué...?
- No te fuiste de casa con mi pijama puesto... –me reí por como lo dijo, pero aquella respuesta me decepcionó... quizás porque yo esperaba que contestara algo como “me quedé con ganas de besarte más”.
- ¿Solo te quedaste con ganas de eso? ¿De verme salir de tu casa con tu pijama? –pregunté siendo más valiente de lo que yo mismo creía que era y acercándome a ella un poco más, quizás hasta el punto de intimidarla.
- Eh... Pues... Sí... –respondió sin mirarme a los ojos, demostrándome que no estaba diciendo la verdad. Yo sonreí satisfecho y ella me miró seria- No sonrías así...
- ¿Así? ¿Cómo?
- Así... Como si hubieses conseguido tu propósito, que no era otro que intimidarme.
Solté una carcajada y volví a mirarla y entonces me vi reflejado en sus ojos azules, transparentes y brillantes.  – Tampoco me mires así... –dijo de pronto.
- ¿Así? ¿Cómo? –volví a preguntar.
- Así... Como si me comieras con la mirada... –respondió seria, mirándome fijamente.
- Ahora me estás intimidando tú... –confesé sin apartar mi vista de ella y vi como sonreía, igual que yo sonreí hacía unos minutos.
- Tenía que devolvertela... –me dijo satisfecha y en aquel  momento me di cuenta de que estábamos demasiado cerca, lo suficiente como para notar el aire que soltó ella en un suspiro. Después de observar sus labios la miré de nuevo a los ojos, y vi como la mirada de ella descendía hacia mi boca. Se estaba conteniendo, nos estabamos conteniendo los dos.- Bueno... –murmuró separándose y tragando saliva como si tuviera la boca seca.
- Bueno... –repetí rascándome la nuca- Yo... me voy ya...
- Vale... Bueno, Dani... Ahora todos vamos a tomar algo, ¿te quieres venir?
- Sí, claro.
- Genial. ¿Esperas a que coja mis cosas y vamos juntos al bar? –asentí y observé cada uno de sus movimientos. Como guardaba todo en el bolso, como se colocaba el pañuelo en el cuello y se abrochaba la chaqueta... Todo...
Salimos de producción y cuando empezamos a caminar hacia la cafetería, mi teléfono comenzó a sonar.
- Es Cris... -dije en alto mirando mi pantalla. Anna asintió y sonrió y yo descolgué- Hola.
- Hola, amor! Acabo de salir del reportaje! -dijo ella con energía.
- Qué bien, yo estoy yendo a una cafetería con los del equipo.
- Ah... Qué pena, yo ahora estoy yendo hacia plató y me preguntaba si querías ir a tomar algo... Los dos solos... -añadió luego, en una indirecta muy directa.
- Bueno, pues... ¿Te espero en el parking? Y ya veremos a donde vamos...
- Perfecto! Chao, te quiero! -murmuré un "yo también" y colgué. Anna y yo seguimos caminando mientras yo hablaba por teléfono, por eso ya estábamos cerca de la cafetería, pero cuando vio que la conversación con Cris había acabado, frenó en seco y me miró.
- ¿Te vas, no?
- Sí... ¿No te importa, no?
- No, claro que no... -respondió con una sonrisa quizás algo fingida. Después de darle un beso en la mejilla me marché por donde habíamos venido los dos, y esperé en el parking a que llegara Cris. En realidad, tenía ganas de pasar un rato con todos los del equipo y con Anna pero también me apetecía estar con Cris, así que por eso la esperé ilusionado y pasé con ella otra tarde perfecta.
Pasamos la noche juntos y a la mañana siguiente fuimos en su coche a plató. Ella recogió su guión pero no quiso leerlo conmigo, porque tenía que hablar con Mónica de algo que yo desconocía. Aproveché para buscar a Anna y leer el guión con ella pero no estaba en su camerino, así que supuse que estaría en la terraza, fumando.

Acerté, allí estaba, echándole un vistazo a su dosier mientras le daba una calada tras otra a uno de sus cigarros.
- ¿Qué tal si dejas el cigarro, y leemos el guión juntos? -pregunté cuando ella todavía no me había visto. Levantó la cabeza, soltó el humo y sonrió.
- ¡Claro! -dijo apagando el cigarrillo y yo me senté a su lado en el suelo.
- Aún hace frío para estar aquí...
- Sí... Pero me gusta. ¿Qué tal ayer? -preguntó curiosa.
- Muy bien... Fuimos a tomar algo y luego estuvimos en mi casa. ¿Y tú que hiciste al final?
- Estuve con los del equipo, se nos hizo tarde de tanto hablar y nos quedamos a cenar todos. Estuvo muy bien.
- Me hubiera gustado haber ido...
- Elegiste el otro plan... Cosa que entiendo, es tu chica... -respondió de manera amable mirando ya su guión, como si quisiera empezar ya a leerlo pero la interrumpí con otra pregunta.
-¿Y como llevas lo de Miki?
- Bien, bien...
- ¿De verdad?
- Bueno, cuando estoy sola me entra el bajón, no te lo voy a negar. Le echo de menos muchas veces, pero hay momentos en los que ni siquiera pienso en él... Cuando estoy con los del equipo, o contigo... o con Flo... -añadió al final, arrepintiéndose quizás de ese "contigo" que a mí me hizo sonreír.
- Pues cuando quieras volvemos a cenar en tu casa...
Anna me miró y se sonrojó. - Cuando quieras tú... -respondió y noté como le daba un escalofrío.
- Te dije que hacía frío para estar aquí...
- No tengo frío...
- Sabes que sí... Ven, tonta... -ella me entendió y se acercó más a mí y yo la abracé de la cintura, su cabeza se apoyaba en mi hombro y ambos mirábamos al frente. No pensé en si en aquel momento parecía que más que amigos fuéramos otra cosa, solo quise aprovechar esos instantes con ella- Entonces, ¿cuando repetimos lo de tu casa?
- ¿El qué?
- La cena... Y los bailes... Y las copas...
- ¿Y nada más...? -preguntó mirándome fijamente, cerca, muy cerca de mí.
Yo la miré a los ojos y cuando iba a responder ella empezó a reírse para luego mirarme pícara. - Era broma... -añadió aún con ojos traviesos.
Yo volví a sonreír. - Qué pena... Yo iba a contestarte en serio...
De repente su risa se acabó. - ¿De verdad?
- No... Lo mío también era broma... -respondí riéndome ahora yo. Ella me dio un golpe en el brazo después de llamarme "imbécil" creyéndose que yo no la escuchaba. Entonces volví a reírme pero de repente me callé al ver que en esa terraza Anna y yo no estábamos solos...