domingo, 24 de junio de 2012

Capitulo 153: Estoy orgulloso de ti

- Sí, esta mañana me lo ha contado.
- ¿El qué?
- Pues que el viernes por la mañana él fue a tu casa para proponerte estar juntos en secreto, pero tú dijiste que no, que no querías fallarme y que teníais que hacerme caso. Por eso traíais esa cara los dos de angustiados, aunque yo al principio pensé que os habíais saltado mi norma de no volver a estar juntos. -trago saliva, suspiro aliviada- ¿Qué pasa? ¿Pensabas que me había contado otra cosa?
- No, no. Simplemente me sorprende que Dani te lo haya contado... -espero estar mintiendo bien.
- Pues sí. Pero bueno, es lo que tenía que hacer. Quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti, porque no me has fallado y aún queriendo a Dani has decidido no estar con él, gracias. -me abraza mientras yo no puedo sentirme peor. Se va y me deja sola en el camerino y me pongo a pensar. Pero no me da tiempo a pensar mucho porque llaman a mi puerta.

- Pasa.
- Anna -me susurra- en cinco minutos en la terraza. -y se va. Le hago caso y a los 5 minutos le veo esperándome apoyado en la pared más escondida de la terraza.
- Hola. -digo secamente porque me da miedo que alguien pueda vernos. Pero él me coge de la cintura y me pega a su cuerpo.
- Buenos días, cuqui. -empiezo a notar sus labios en mi cuello.
- Martínez... esto era secreto, ¿recuerdas? -él se separa.
- Yo no voy a aguantar, ya te aviso. Eres irresistible. -sonrío tímidamente- ¿Un beso si me puedes dar, no? -niego con la cabeza pero mantengo la sonrisa- Vamos, que no nos ve nadie, tonta... he cogido buen sitio... -y yo, que con Dani delante solo siento debilidad, me acerco a él y le beso.
- Tengo que hablar contigo. -digo cuando me separo.
-  Tú dirás...
- Flo me ha contado lo que le has dicho.
- ¿Se lo creyó? ¿Pudiste mentir bien?
- Sí, creo...
- Es que esta mañana vino pidiéndome explicaciones por lo del viernes, que nos vio a los dos fatal y me dijo que sabía que habíamos incumplido su norma, así que me tuve que inventar que yo quería seguir contigo en secreto pero que tu me dijiste que no, y por eso traíamos esa cara...
- Gracias...
- ¿Por qué?
- Porque le dijiste que era yo la que no quería incumplir su norma, aunque eso implicara que tu quedaras mal con él...
- Siempre voy a intentar que tu estés bien, y si para eso tengo que decirle a Flo que paso de su norma porque te quiero, se lo digo...

Así pasan las semanas, unas noches en su casa, otras en la mía, otras en las que cada uno está en la suya pero hablamos por teléfono hasta altas horas de la madrugada... Y así somos felices porque a pesar de los obstáculos seguimos juntos y sintiendo que nuestro amor avanza a pasos agigantados.
Flo no sospecha nada, y eso nos da más fuerza para seguir con esto aunque tengo que reconocer que no me gusta nada esconderme y que la gente piense que no soy feliz, que no estoy con la persona que quiero cuando en realidad Dani y yo cada día nos queremos más.

Nos sentamos cada uno en su sitio porque el programa va a empezar, hoy Dani y yo no hemos podido hablar en todo el día porque había que grabar muchas cosas, aunque sinceramente, me dio la sensación de que me esquivaba, y no termino de entender por qué...
Busco con la mirada a Dani a cada rato, como cada día pero hoy no soy correspondida y a él le veo más bien serio. Algo pasa, y yo no lo sé y no soporto estos misterios.

"Cari, ¿vienes a cenar a casa?" -le pregunto por whatsapp en mitad de la reunión de después del programa. Veo como lee el mensaje, porque lo tengo enfrente, pero no me contesta. Me mira y creo que me está queriendo decir que luego hablamos sobre el tema. Hace tres días me hubiera respondido "a cenar y a lo que quieras, preciosa" pero hoy... hoy no...
Decido dejar de mirarle y prestar atención a la reunión aunque se me hace complicado. Cuando acaba voy al camerino a coger mis cosas y lo hago lentamente porque estoy esperando a que Dani venga de una vez a decirme algo. Por fin, la puerta se abre después de que Dani llame de esa manera tan peculiar que le hace tan especial. Por lo menos sigue haciendo cosas que hacía antes.
Cierra la puerta y se apoya en ella, me sonríe y yo a él también. Pero hoy no sé que pasa, aunque ahora que lo pienso, lleva ya un par de días así. Raro, muy raro.
Nos quedamos uno frente al otro, yo no me acerco porque no sé si es lo que él quiere, y él tampoco se acerca pero no sé el motivo.
- No me contestaste al whatsapp. -empiezo yo.
- Ya.
- Bueno, ¿contestas ahora o tampoco? -me está cabreando.
- Anna... es que tenemos que hablar...

Vale, pillo la indirecta. Vienen problemas.

jueves, 21 de junio de 2012

Capitulo 152: Tus ojos

Resopla y se apoya en la pared. Parece que él también lo había olvidado. Se había olvidado de quienes somos y de que esto que estamos haciendo está prohibido y a mí también, porque la verdad que con él a mi lado se me olvida todo.
De pronto coge las llaves del portal y de casa que tenía yo en mi bolso y abre la puerta. Yo me quedo de pie delante mirándole pidiéndole una explicación... Él me coge del brazo y tira de mí para meterme en el portal. Llama al ascensor sin hacerme caso y sin decirme qué pretende con todo esto. Subimos y él con las llaves en su mano abre la puerta, como si esta casa fuera suya, y no hay cosa que me guste más. Entramos y me quedo de pie en el salón, supongo que ahora sí me dirá por qué sabiendo que esto no está bien sigue aquí. Pero no, va a la cocina, coge una cocacola de la nevera y sentándose en el sofá empieza a beber. Yo suelto una carcajada irónica y por fin consigo que me preste atención. Él sonríe, yo no.
- Dani... -empiezo a hablar, aún de pie. Entonces él se levanta, se pone frente a mí y me corta.
- ¿Dani qué? ¿Vas a decirme que me vaya? ¿Que esto no está bien? ¿Que tenemos que pensarlo? ¿Que nos estamos jugando mucho? ¿Que hoy cada uno duerma en su casa y que mañana será otro día? ¿Vas a decirme eso? -yo asiento, porque ha descifrado todos mis pensamientos- ¿Y pretendes que te haga caso?
- No sé...
- No, no me digas que no lo sabes. Sabes que no voy a hacerte caso, porque sé que te mueres de ganas de que hoy duerma en tu cama, de que volvamos a hacer el amor sin pensar que fuera de estas cuatro paredes tú y yo solo deberíamos ser amigos. -sonrío- Y no me sonrías para ahora decirme que igualmente debería irme, porque no te voy a hacer caso. Porque después de todo lo que hemos vivido solo necesito mirarte para saber que sientes, así que ahórrate las palabras con las que pretendes que me vaya a mi casa y no duerma a tu lado, porque si tus ojos me piden que me quede, me voy a quedar.
- ¿Y mis ojos te están pidiendo que te quedes...? -pregunto tímidamente acercándome a él.
- Tus ojos me piden que me quede... que me quede para siempre. -pone sus manos a cada lado de mi cara- Y yo a tus ojos siempre les hago caso...
- ¿Y no ves que mis ojos también te están pidiendo otra cosa...? -me mira, me entiende, sonríe y entonces me besa. Y lo mejor, sonríe dentro del beso haciéndome sonreír a mí también- Te quiero... -le susurro.
- Yo más... -dice pegando nuestras frentes- ¿Vamos a la cama? -yo asiento y antes de ir a mi habitación le doy un pico.

Él se queda en boxers, yo solo con la parte de abajo de mi ropa interior. Bajo las sábanas me abraza, suspira en mi cuello y luego me mira.
- ¿Estás seguro de esto? -pregunto acariciándole la mejilla.
- ¿De qué? ¿De llevar esto en secreto? -asiento- Sí. Muy seguro. No puedo vivir sin ti, Anna... Eso es algo que tengo claro, y si para estar contigo tengo que esconderme del mundo, me escondo... -sonrío y le beso- ¿Tú estás segura de esto?
- Siempre lo he estado. Me da igual los obstáculos que nos pongan, no me voy a separar de ti... -él me abraza y me besa cada vez con más pasión. Se pone sobre mí y con sus manos recorre todo mi cuerpo...
- Quiero hacerte el amor... -me susurra mientras me besa el cuello. Yo me estremezco y mi piel se pone de gallina.
- ¿No estás cansado? -pregunto metiendo mis manos por debajo de sus calzoncillos...
- Mmm... no, para nada...

Y no, no está cansado ni yo tampoco porque hacemos el amor durante toda la noche. Inmejorable, nunca me había entendido tan bien con alguien en la cama, nunca nadie me hizo disfrutar tanto como él... es increíble.
Cuando llevo solo un par de horas durmiendo, el despertador suena.
- Mmm... cari apaga eso... -digo revolviéndome en la cama. Pero nadie me contesta. Abro lentamente los ojos y veo que estoy sola en la cama- ¿Dani?

Doy vueltas por casa pero ni rastro de él, bueno sí... su olor permanece en mi casa y eso me encanta. Cuando me doy cuenta veo que hay una nota encima de la mesa del salón.
"Buenos días, princesa. Fui a casa a ducharme para ir a plató. Tienes desayuno en la cocina, recuerda que cuando llegues al programa tiene que parecer que no nos hemos visto en todo el fin de semana. Yo voy a buscar algún remedio para aguantar las ganas de besarte delante de todos. Te quiero, pequeña"


Así es como una se despierta feliz, aunque no desayune con él, aunque no sea lo primero que vea al despertar, aunque no tenga uno de esos besos de buenos días, con cuatro líneas en un post-it soy feliz, me hace feliz.

Desayuno lo que él me dejó en la cocina, donde también hay un post-it en la nevera "Te quiero, te quiero, te quiero". ¿Hay algo mejor que esto?

Llego a plató, los pasillos están solitarios. Entro a mi camerino para dejar mis cosas y llaman a la puerta.
- ¿Puedo pasar?
- Sí, claro, Flo. Pasa. -le doy un beso en cada mejilla y me abraza.
- Anna, quería hablar contigo.
- Ah... Bueno, tú dirás. -digo ya con miedo.
- Verás... Dani me lo ha contado todo...
- ¿Có.cómo?

domingo, 17 de junio de 2012

Capitulo 151: Todo el mundo lo sabe

Narra Anna


No puedo hacer otra cosa que abrazar mi cuerpo desnudo al suyo y llorar en su hombro. 
- Eh, pequeña... ¿qué pasa? -dice intentando mirarme, pero vuelvo a hundir mi cara en su cuello. 
- Eres tan... tan perfecto... 
- No... No soy perfecto pero aún así te tengo, y eso es lo que más feliz me hace, que me quieres así, con todos mis defectos... -dejo de esconder mis ojos llorosos y me separo de él, para mirarle fijamente- No soporto verte llorar... -dice quitándome las lágrimas de los ojos, aunque no le sirva de nada porque siguen cayendo más... Intento sonreír para que vea que estas lágrimas no reflejan ningún tipo de dolor.
- ¿Soy la mujer más m.mágica de t.todas? 
- Ajam... -y sonríe como solo él sabe hacerlo- Estás aquí, ¿no? -asiento- ¿Y cual es la última frase de la carta? 
- "Entonces prometo quererla hasta el fin de mis días, y traerla aquí, al lugar más mágico de todos, porque sé que ella será la chica más mágica de todas". -leo de nuevo. 
- Pues ya sabes... -esta vez no le abrazo, sino que le beso. Saboreando entre sus labios y los míos las pocas lágrimas que siguen cayendo por mis ojos- No llores más... 
- Te quiero... 
- ¿Cuánto...? -me pregunta entre besos.
- A eso no puedo responderte con palabras... 
- ¿Ah no...? -sonríe pícaramente y yo niego con la cabeza mientras le empujo suavemente hacia atrás, para ponerme yo encima de él. Y poco a poco, recorriendo todo su cuerpo con mis labios y mis manos, llevando yo las riendas de esto y haciendo que nuestros cuerpos se unan en uno, creo que le queda claro que el amor que siento por él va más allá de las palabras... 


Dani llama por teléfono a su hermano, cuando nos montamos en el coche, para pedirle permiso para ducharnos en su casa, ya que estamos bastante... sudados... 
- Dice que tenemos la casa sola, pero que nos estemos quietecitos que acaba de cambiar las sábanas... -se empieza a reír. 
- Ja, ja, ja. Oye... ahora que lo pienso, tu hermano nos ve en su cama y ¿no dice nada? ¿Ni siquiera se sorprende de que sea yo la que esté contigo?
- Mi hermano sabe que estoy loco por ti... todo el mundo sabe que estoy loco por ti... Porque es imposible no estarlo... -y así, entre sonrisas cómplices y muchos muchos "te quiero" llegamos a casa de Nacho, donde nos duchamos y nos arreglamos. 


Salgo de la habitación lista para ir a casa de mis ¿suegros? Sí, eso. Cuando llego al salón, Dani me mira aún más sorprendido que cuando salí del probador. 
- No, no. No vamos, nos quedamos aquí... -dice agarrándome y llevándome a la cama. Yo me río y antes de que consiga tirarme en el colchón me deshago de sus brazos. 
- Me tienes que presentar formalmente como tu novia, ¿recuerdas? 
- Sí. Pero te veo así y solo tengo ganas de estar contigo aquí, haciendo... ya sabes...-dice mirando la cama. Yo sonrío de manera pícara, pero salgo de la habitación porque ahora no es el momento. 
- Por cierto, tú también estás muy guapo. -digo cuando salimos de casa. 
- ¿Ah sí? ¿Tanto para quedarte toda la noche conmigo en la cama?
- ¿Por qué estás tan salido, eh? ¿No has tenido suficiente en el bosque?
- Contigo nunca tengo suficiente... 
- Y si de hacerlo tanto ¿un día te cansas? -agacho la mirada. 
- ¿Cansarme? Puedo cansarme de mil cosas, pero nunca de ti... -y con un largo beso me transmite que lo que me acaba de decir lo siente realmente.


Llegamos a casa de sus padres, los cuales me reciben con miles de piropos haciéndome sentir muy querida. Dani me presenta al resto de familia que por suerte no son muchos, y cuando estamos todos nos sentamos. Hablamos de temas sin importancia, hasta que Dani se aclara la voz y empieza a hablar.
- Bueno, que quería deciros que Anna no ha venido aquí como una simple amiga... -veo como frota sus manos en sus muslos, está nervioso, lo sé yo y lo sabe su madre, que parece que le quiere ayudar hablando ella también. 
- ¿Qué nos vas a decir? ¿Qué estáis juntos? -Dani y yo nos quedamos callados, nos miramos y sonreímos- ¿Y pretendías sorprendernos, hijo? 
- Bueno, es que no lo dije oficialmente... 
- No hacía falta cariño, si solo hay que veros la carita... -creo que ambos nos sonrojamos pero por fin alguien cambia de tema. Miro a Dani y él me devuelve la mirada, me guiña un ojo y me sonríe. 


Acabamos de cenar y de recoger la mesa y la gente empieza a irse. 
- ¿Dormís aquí, no? -nos pregunta Tina. Asentimos y vamos a la habitación de Dani. 
- Norma número 1: -dice antes de abrir la puerta- no te puedes reír cuando entres. Norma número 2: no puedes mirar mis fotos del colegio. Norma número 3: No puedes fijarte en las sábanas de mi cama. Norma número 4: Tienes que darme un beso antes de entrar. -la última norma la cumplo en un momento, las demás no. Me río al entrar porque conserva la habitación que tenía de niño, y es demasiado cuqui para él. Miro sus fotos del colegio donde sale con medallas de básquet, con amigos y en todas con una carita de niño pequeño que me enamora. Me siento en su cama y veo que las sábanas son de superhéroes, él se limita a excusarse diciéndome que a su madre le gustan mucho y que sigue poniéndoselas... Acabo riéndome estirada en su cama, y él con cara de enfado, vergüenza y rabia se tumba a mi lado. 


- Has incumplido mis normas. -dice cuando ve que paro de reírme. 
- No. La cuarta no. 
- Pero todas las demás sí... eso conlleva un castigo... 
- ¿Ese castigo tiene algo que ver con estar desnudos, los dos, aquí... en esta cama, haciendo cosas... de mayores?... -me acerco y él se limita a sonreír confirmando mis sospechas- ¿y aún crees que eso para mí es un castigo...? 
- No lo sé... pero alguna excusa tenía que poner para hacerte mía otra vez... -me besa, empieza despacio pero cuando se da cuenta de que quiero más aumenta el ritmo.
- Pero aquí... ¿en esta cama? Es que sentiré que lo estoy haciendo con un niño... -digo para picarle. Él se pone serio y se quita la camiseta con prisa, deshace la cama y nos mete dentro y pega nuestros cuerpos. 
- ¿Quieres que te demuestre que ya no soy un niño? -dice orgulloso. Yo asiento haciéndome la inocente. Y con sus padres al otro lado de la pared, haciendo que disimular mis gemidos se me haga realmente difícil, me demuestra que de niño no tiene nada, aunque eso yo ya lo sabía... 


Pasamos un gran fin de semana, hasta que llegamos a Madrid el domingo por la noche y llegamos en coche a mi casa. 
- Me quedo a dormir, ¿vale? 
- Dani... Es que... 
- ¿Qué pasa? 
- Que creo que con todo esto, se nos ha olvidado que nos tienen prohibido estar juntos y que Flo ya sospecha que nos hemos saltado su norma... 

viernes, 15 de junio de 2012

Capítulo 150: El lugar más mágico de todos

Narra Dani


Ahí está ella, mirando qué vestido le sienta mejor, y preguntándome cómo le queda cada uno de los que se ha probado. Si por mi fuera, se llevaba toda la tienda, porque creo que ninguno le puede quedar mejor.
- ¿Y este? ¿Qué te parece? -me dice saliendo del probador. Me quedo embobado mirándola de arriba a abajo. Espectacular.
- Este. Quédate este. -digo sin dejar de observarla. Ella sonríe tímidamente. Me encanta cuando sonríe así, haciéndose la inocente.
- ¿Seguro? No sé... es que mira, aquí me hace como una arruga rara ¿no? -dice señalándose un costado. Yo niego con la cabeza.
- Este. Quédate este. -repito- Estás preciosa.
- Te quiero. -me dice a pocos centímetros de distancia. Y yo, que ya no me aguanto las ganas, la beso.- Martínez... que estamos en un sitio público. -dice antes de volver a entrar al probador mientras se ríe. Sin que se dé cuenta, abro un poco la cortina para observarla. Aún no sé como me aguanto las ganas de entrar con ella al verla en ropa interior. Suspiro. Me mira y con la cabeza hace un gesto con el que entiendo que me está pidiendo que me cuele en el probador. Miro a los lados, y al ver que nadie puede verme, entro. Rodea mi cuello con sus manos y pega mis labios a los suyos.
- Anna... se te está olvidando que estamos en probador... -digo entre besos.
- Es que con el beso de antes me dejaste con ganas de más... -y mete sus manos debajo de mi camiseta, pegándome más a ella. Yo empujo su cuerpo hasta la pared del probador, la impulso hacia arriba, haciendo que con sus piernas rodee mi cintura. Me besa el cuello y me excita como solo ella sabe. De pronto, se oye un carraspeo que proviene de fuera del probador. Mierda, saben que estoy aquí metido. Anna se baja de mi cintura, se tapa la boca y se aguanta la risa. Se coloca bien el pelo
- Y ahora me tendré que quedar con estas ganas... -digo hablando bajito. Ella asiente resignada- Te espero fuera. -y mirando que de nuevo la zona esté despejada, salgo.

La espero apoyado en mi coche y por fin sale con una bolsa donde lleva el vestido que tan bien le queda.
- Qué vergüenza, la chica me ha mirado con una cara... -dice una vez está dentro del coche. Pero de pronto se ríe.
- Al final te van a gustar estas situaciones comprometidas... Lo del probador tendremos que acabarlo algún día... -y empezamos a hablar de sitios donde podríamos hacerlo mientras nos reímos de las ocurrencias que tenemos.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué frenas? -me dice cuando paro el coche.
- Te tengo que llevar a un sitio ¿recuerdas? -y le tapo los ojos con la misma venda que ella utilizó ayer. Me dirijo a la zona más apartada de Astorga. Un sitio al que he ido muchísimas veces de adolescente, y aunque parezca poco creíble, siempre fui solo. Nunca fue lugar para llevar a un ligue.
- ¿Ya hemos llegado? -me pregunta por enésima vez. Pero esta vez ha acertado.
- Sí. Pero quédate un momento aquí. Ahora vengo. -le dejo un beso en los labios y salgo a prepararlo todo. Ni siquiera sé si le va a gustar, solo sé que esto es algo muy especial para mí.

- Ay! Qué susto! -dice cuando de pronto abro la puerta del coche.
- Que boba eres. Ya puedes venir. -agarro su mano para acompañarla hasta el sitio concreto, porque con los ojos vendados y lo torpe que es de por sí, no daría ni un solo paso sola jajajaja. Llegamos, me freno y le destapo los ojos. Por su cara de asombro intuyo que el paisaje ya le gusta. Un lago, con una pequeña cascada rodeada de árboles. He tenido suerte de que haga tan buen día, porque el sol refleja en el agua cristalina y hace que todo esto se vea todavía más bonito.
- Madre mía... Esto es precioso.
- Tú eres mucho más preciosa que todo esto. -la abrazo por detrás y apoyo mi barbilla en su hombro- ¿Te gusta?
- Me encanta. En Mollet estas cosas no las tenemos...
- Jajajaja, en Mollet te tienen a ti y contra eso no puede competir nada ni nadie...  -como respuesta recibo uno de sus besos, los mejores besos que he probado en mi vida- ¿Sabes? Hay algo más.
- ¿Algo más? Es demasiado...
- No... ven. -cogidos de la mano la llevo al otro lado de la cascada. Pasamos por un camino bastante complicado, entre piedras, árboles, ramas sueltas...
- Está bien escondido, eh. -dice cuando llevamos unos minutos caminando.
- Por eso es un sitio único, porque nadie más lo conoce. Ya estamos llegando. Espérate aquí y no te gires.-aparto un par de ramas enormes que hay colgando de un árbol y por fin se ve. Lo arreglo un poco- Ya puedes mirar, cuqui.
- Guau... -dice más asombrada que antes.
- Es una pequeña cabaña que construí hace años... Cuando faltaba tanto a clase. -digo entre risas.
- ¡Qué bonita! -dice entrando y esperando a que yo entre- ¿Y todavía está intacta?
- Sí. La puse debajo de un árbol para que se mantuviera.
- A cuántos ligues habrás traído aquí...
- A ninguno. -me mira con cara de "no me lo creo"- Es verdad. Nunca he traído aquí a nadie.
- ¿Soy la primera afortunada? -dice acercándose a mí.
- La primera y la última... -roza mi nariz con la suya mientras sonríe.
- Gracias... -susurra antes de besarme. Se pone encima de mí sin despegar nuestros labios y poco a poco entreabre ambas bocas para besarnos con mucha más pasión. Me encanta cuando lleva la iniciativa, cuando siento que me desea- Te quiero, te quiero, te quiero. -dice entre besos. Cuela su mano debajo de mi cabeza para jugar con sus dedos en mi nuca. Yo recorro cada parte de su cuerpo con mis manos y me deshago rápidamente de su ropa.

Una vez desnudos me coloco sobre ella y no dejo de mirarla ni un solo segundo. No sé exactamente cuando me enamoré de ella, solo sé que a partir de ese momento esto se convirtió en un "para siempre".
- ¿Qué piensas? -me susurra cerca del oído mientras va dejándome suaves besos en el cuello.
- Pienso que te quiero y que no soportaría que esto se acabara algún día...
- Nunca... -mueve mi cabeza con sus manos para que la mire fijamente- Tu y yo siempre... ¿recuerdas?
Asiento y me coloco bien entre sus piernas. Me muevo sobre ella pero sin empezar todavía. -Mmm... no me hagas esperar más... -dice poco antes de que empecemos a hacer el amor. Sus gemidos se pierden en el interior de esta cabaña e incluso fuera de ella. Mis suspiros se quedan en su boca porque besarla mientras hacemos esto es lo que más me gusta.
Y así, entre caricias, suspiros y sudor disfrutamos como nunca...

- Buf... eres increíble... -digo cayendo rendido a su lado. Ella va dejando besos en mi pecho junto con algún que otro mordisco.
- Podría estar eternamente aquí metida contigo... -y empieza de nuevo a besarme, subiendo hasta llegar a mi cuello, donde se entretiene porque sabe que ahí no puedo hacer nada para frenarla.
- Simon...
- Di.dime...
- Tengo algo más... -se separa y me mira.
- ¿Más?
- Sí... Quizás lo más importante de todo, al menos para mí. -me incorporo y cojo algo de uno de los rincones de la cabaña. Es una hoja donde escribí hace mucho tiempo- ¿Sabes? Un día, hace unos años, cuando esto ya estaba construido, mis padres se pelearon. Recuerdo que estuvieron a punto de divorciarse, y yo presencié una discusión entre ellos que se me quedó grabada. Se chillaban en mitad del salón, sin saber que yo estaba escuchándolo todo. Después de oír todo lo que se dijeron, no aguanté las ganas de llorar y me fui corriendo de casa, y vine aquí. Necesitaba estar solo, desahogarme y éste era el único sitio donde podía hacerlo. Pasé toda la noche aquí, y mis padres me estuvieron buscando durante horas. Entre tanta lágrima, decidí escribir algo y bueno... esto es lo que escribí. -digo dándole la hoja. Ella se incorpora para leerlo en voz alta.

"Hoy ha sido el peor de día de mi vida, nunca pensé que mis padres se pelearían y algún día podrían dejar de estar juntos, ellos se quieren. Nunca entenderé por qué la gente se enamora, que tontería. Dejar que tu vida dependa de alguien, que solo puedas ser feliz si esa persona lo es... Enamorarse no es bueno, te hace daño, por mucho que mi madre diga que estar con mi padre es lo mejor que le podía haber pasado... ¿Entonces por qué se pelean? ¿Por qué se dicen esas cosas tan feas? ¿Por qué se hacen tanto daño? Ojalá nunca me enamore, nunca sea el típico tío moñas que está loco por una chica... Pero ¿y si eso pasa? ¿y si no puedo impedirlo? ¿y si de un día para otro me doy cuenta de que mi vida está en manos de otra persona? Entonces prometo quererla hasta el fin de mis días, y traerla aquí, al lugar más mágico de todos, porque sé que ella será la chica más mágica de todas."