miércoles, 29 de febrero de 2012

Capitulo 136: Entre suspiros

Sigo tirada en el suelo, y Dani sigue encima mío. Sus ojos no se despegan de los míos, y mi mirada no puede observar nada que no sean sus ojos verdes. Ahora mira cada punto de mi cara, mi nariz, mis labios, mi frente, vuelve a mis ojos, vuelve a mis labios.
- Bff... Anna... -dice suspirando y observando ahora mi cuerpo, es aquí cuando recuerdo que me mantengo en ropa interior. Yo observo sus labios, los cuales acaba de humedecer con su lengua provocando el aumento de mis ganas de besarle. Rodeo su cuello con mis manos y enredo mis dedos en su pelo, noto como el vello de su piel se eriza, y la sonrisa pícara que aparece en su boca me impulsa a meter mis manos debajo de su camiseta, y empujar de ésta lentamente hasta hacer que se la quite procurando que no deba moverse, ya que no quiero que su cuerpo se despegue del mío. Ahora su cuerpo solo se apoya en uno de sus brazos, el que está tocando el suelo, porque la mano del otro brazo se cuela por debajo de mi cuello, rozando las yemas de sus dedos con mi pelo mojado. El trayecto de sus dedos cambia, para deslizarse por mi hombro. Rápidamente noto sus caricias en la parte delantera de mi cuello, pero van bajando, dejando las gotas de mi pelo a su paso. Cierro los ojos y me muerdo el labio, haciéndole saber lo mucho que me está haciendo disfrutar con el simple roce de sus dedos y mi piel. Su mirada, la cual estaba observando el camino que hacían sus dedos sobre mí, se fija ahora en mi boca, y es él ahora el que se muerde el labio inferior. Se acerca, sigue acercándose... pero frena.
- No... No pares. -le susurro. Su sonrisa aparece instantáneamente. 
- Mmm... -suspira rozando ligeramente su nariz con la mía. Sonrío pícaramente, y humedezco sus labios con mi lengua- No sabes cómo te deseo... -me dice cuando se acerca de nuevo, esta vez sin frenarse... y me besa. Me besa con pasión y deseo y entrelaza nuestras lenguas... cómo echaba de menos sus besos. Su mano va bajando por todo mi cuerpo, pasa por mis pechos, donde juega con sus manos y mi piel, sigue bajando, me acaricia ligeramente uno de mis costados, desde las costillas hasta la cadera, pero finalmente llega a mi muslo. Agarra mi pierna con fuerza, con deseo, con muchísima pasión. Suspiro una y otra vez y al compás de nuestras respiraciones aceleradas, su mano se cuela por mi ingle, empuja mi pierna hacia fuera, y entiendo que quiere que le deje sitio para acomodarse. Así lo hago, apoyo las plantas de mis pies en el suelo, abro mis piernas con su ayuda, y noto como se tumba de nuevo encima mío, rozando nuestros cuerpos, sintiéndonos la piel. Ahora sus besos vuelven a mi cuello, clava con suavidad sus dientes cerca de mi oreja, y es aquí cuando suspiro más fuerte que la vez anterior. Noto su sonrisa entre sus besos cosa que me hace estremecer.
Cansado de estar en el suelo, nos levanta y nos mueve hasta la cama, que estaba a pocos centímetros. En estos segundos donde nuestros besos desaparecen, nos miramos y en sus ojos puedo ver como ansia hacerme el amor. Empujo su cuerpo hacia mí, y con mis manos viajo por toda su espalda hasta que cuelo mis dedos entre nuestros cuerpos, y mientras él me besa con deseo, yo le desabrocho el cinturón, acto seguido hago lo mismo con los botones de su pantalón, y al terminar bajo sus tejanos hasta que él mismo se los quita. Volvemos a las andadas, volvemos a besarnos. De pronto siento su mano en mi espalda, y entendiendo que quiere hacer, la arqueo, para que por fin me desabroche el cierre del sujetador. Cuando éste es lanzado al suelo, sus manos deparan en la zona recientemente descubierta, pero al poco rato son sus besos los que siento en mi piel.
- Quiero que me hagas el amor... -le susurro mientras mis dedos juegan con la tira de sus boxers, hasta colarme en su interior.
- Simon... me estás volviendo loco... -dice entre suspiros, y sin poder aguantarse ya las ganas, nos desnuda para posteriormente hacerme el amor...

sábado, 25 de febrero de 2012

Capitulo 135: Nuestra película

Meto mis manos debajo de su camiseta y presiono mis dedos en su espalda. Suspiro porque ha cambiado los besos por pequeños mordiscos. Suspira él también, y su aliento golpeando en mi cuello me eriza la piel.
- Mmm... Estás deliciosa... -sonrío como una tonta, y noto su sonrisa cerca de mi oreja.
- Da.dani ¿qué qui.quieres? -le pregunto como si desconociera sus intenciones.
- ¿No lo sabes? -sus caricias descienden a la zona más baja de mi espalda.
- No... -insisto en hacerme la inocente.
- Te quiero a ti... -dice mientras sus manos se cuelan por debajo de mi pantalón.- Quiero que vuelvas a ser mía..
- Soy tuya... -aprovecho la distancia que se crea entre nosotros para ser yo la que le deja besos por el cuello- Nunca he dejado de serlo...
- Nun.nunca... -me responde con la voz ya entrecortada. Es entonces cuando despega por un segundo nuestros cuerpos, y me mira fijamente a los ojos, donde una vez más me pierdo. Sus ojos descienden a mi boca, y mi mirada se fija en sus labios. El siguiente paso no es besarnos, porque un maldito teléfono nos interrumpe, como siempre. Coge su móvil del pantalón ya metido en el armario, mira serio su pantalla.
- ¿Quién es?
- Mi hermano. Tengo que cogerlo. -sonrío haciéndole entender que no me molesta. Me devuelve la sonrisa antes de salir de la habitación. Le escucho un poco al hablar, parece que hablan de un tema familiar. La conversación se alarga, y el sueño empieza a impedir que me mantenga del todo despierta. Le espero un rato más, pero no viene, sigue hablando y ahora no logro entender que dice, porque los ojos se me van cerrando, me estoy durmiendo...

El sol entrando por la ventana me molesta en los ojos que aún mantengo cerrados, me giro hacia el otro lado de la cama, pero entonces choco con alguien. Con él. Sonrío aunque sigo sin verle porque mis ojos tardan en abrirse después de dormir tanto.
- Buenos días, princesa. -dice después de besarme en la mejilla.
- Buenos días, amor. -digo abriendo por fin mis ojos y viendo que me ha traído el desayuno a la cama- Woooooow. Muchas gracias, mi vida!
- Es lo mínimo que puedo hacer por ti. Pero sabes que no te lo mereces...
- ¿Por qué? -pregunto triste.
- Ayer me dejaste plantado... Cuando vine a la habitación ya estabas dormida... Pero te lo perdono porque verte dormir es una de las cosas que más me gusta hacer...
- Es que tardabas mucho y estaba muy cansada... ¿De que hablabas con tu hermano? -le pregunto mientras me incorporo y pongo la bandeja del desayuno sobre mis piernas. Dani me cuenta que tuvieron un problema familiar y Nacho le contó las novedades, y que ya está todo arreglado.
- Voy a llevar esto a la cocina, puedes ducharte si quieres.
- ¿Me estás diciendo que huelo mal? -le digo bromeando de camino al baño. Se acerca a mí mientras inspira con fuerza. Pone cara de asco.
- Bueno, un poquito sí que hueles, eh. -intenta mantenerse serio pero al final no puede reprimirse la risa.
- Muy bien, muy bien. Pues ayer bien que te acercabas a mí... -entro en el baño y me sigue.
- Oh, me pillaste... -empieza a reírse pero yo sigo seria haciéndome la enfadada- Qué tonta eres, si sabes que si hicieran un perfume tuyo me compraría todos los frascos.
- Jajaja, venga anda tira, que eres un exagerado. -digo riéndome y cerrando la puerta del baño dejándole fuera.
- Pues es buena idea lo del perfume... -le escucho murmurar detrás de la puerta. Riéndome empiezo a desvestirme y a ducharme. Una vez que salgo de la ducha, me cubro con la toalla y salgo hacia la habitación. Entorno la puerta y me pongo la ropa interior, justo cuando termino de abrocharme el sujetador, escucho un ruido detrás mío. Ahí esta, apoyado en el marco de la puerta mirándome.
- Eh, ¿desde cuando estás ahí mirando? -le pregunto con las manos apoyadas a cada lado de mi cintura poniendo los brazos en jarras de cara a él,  aunque solo lleve dos prendas de ropa puestas.
- Desde que te quitaste la toalla hasta ahora. -dice con esa mirada seductora y esa sonrisa provocadora.
- ¿Ah sí? ¿Y sabes que eso se merece un castigo, no? -digo yendo hacia él.
- Ah, no lo sabía... Pero no temo nada... -dice inmóvil esperando a que llegue hasta él. Cuando nos quedamos enfrente, intento empujarle inútilmente, porque sigue sin moverse. Se empieza a reír.
- No te rías, que me cabreo más, eh! -digo amenazándole, y como me doy cuenta de que no voy a poder derribarle, empiezo a hacerle cosquillas.
- Uy, no jajajajaja, eso no, eso no jajajaja. -empieza a reírse y cuando por fin me siento victoriosa, me coge en el aire y me tira en la cama. Ahora soy yo la víctima de sus cosquillas. Me río sin parar y me intento separar de él, pero es imposible. Nos movemos mucho encima de la cama porque yo no paro de girarme de un lado al otro y él me imita constantemente.
- Para, para. Jajajaja, te lo suplico! -Dani hace caso omiso de mis peticiones, y sigue tocando cada punto débil que conoce de mi cuerpo, que por desgracia son muchos. Por un momento consigo deshacerme de sus brazos, pero desgraciadamente es solo por un momento, porque pronto vuelve a las andadas.
Y como si de una película se tratara, y consecuencia de tantas cosquillas y tanto movimiento, acabo cayéndome de la cama, tirada en el suelo y Dani... Dani acaba tirado encima mío...

miércoles, 22 de febrero de 2012

Capitulo 134: Dulces besos

- Anna, tranquila. -me coge la mano, estira de ella haciéndome entender que quiere que vaya a donde está él. Cuando ya estoy a su lado, pone las manos en sus muslos para que yo me siente en ellos, me siento de lado y el rodea mi cintura con sus brazos.
- Contesta. -digo directa.
- No. No es verdad. -le abrazo con fuerza después de escuchar su respuesta, apoyo mi cabeza en su hombro, y dejo mis labios pegados a su cuello.
- Gracias.
- ¿Gracias? No, nada de eso. -empuja suavemente mi barriga hacia atrás para que le mire, así lo hago- Jamás me perdonaría haberme enrollado con esa chica. Estuve a punto de hacerlo, Anna. Quiero que sepas que la llamé, incluso quedé con ella el día que tuvimos aquella discusión en la terraza. Quería vengarme, quería que tuvieras un motivo verdadero para enfadarte conmigo y reprocharme que estuviera con otra chica. Pero no pude, no pude...
- ¿Y por qué me dijiste que sí te habías enrollado con esa chica?
- Joder, porque me sentía imbécil. No sé, sentía que tenía que sacar mi orgullo de dónde fuera. Y por mi culpa te desmayaste... ¿Sabes como me sentí al verte en el suelo? Dios mío, me quería morir... -dice ya con la voz entrecortada.
- Sshh -pongo mi dedo índice en sus labios- Gracias a ti estoy aquí, y estoy feliz. Porque estoy entre tus brazos, otra vez. -esta vez es él el que me abraza con fuerza y yo sonrío. Me deja un beso en el cuello, bueno... quién dice uno, dice dos, o tres, o... bueno, he perdido la cuenta. Echo la cabeza hacia atrás, le dejo más accesibilidad, y mi piel se estremece más a cada segundo.
- Será mejor que terminemos de cenar. -me susurra al oído. Me mira y sonríe de manera pícara, odio que me haga esto, que me deje con estas ganas, pero me encanta verle sonreír así. Cenamos tranquilamente, y cuando terminamos lavamos los platos juntos y recogemos la mesa. Me tomo el medicamento mientras él pone la tele.

Nos tumbamos, apoyo mi cabeza en su pecho y vemos atentos la televisión. Cuando pasa algo más de una hora, se levanta.
- ¿Nos ponemos el pijama? -me pregunta, y entonces observa mi cara de asombro- Sí, me quedo a dormir. Cuando fui a la farmacia pasé por mi casa y cogí un pijama, no te preocupes. -me explica como si me estuviera leyendo el pensamiento, ya que en ese momento estaba pensando la ropa con la que él dormiría. Vamos a la habitación, cojo del armario un pijama mío. Dani situado en el otro lado de la cama ya tiene el pijama en la mano. Nos quedamos mirando.
- Puedes ponértelo ya, eh.
- Tú también, eh. -dice imitándome, la verdad es que me da vergüenza.
- Bueno, pero no mires. -digo poniéndome de espaldas a él.
- No iba a mirar, total... para lo que hay que ver. Tú si que no puedes mirar, todavía no puedes admirar mi belleza.
- ¿Belleza? Tú no tienes de eso. -digo riéndome. Escucho su risa por detrás. Y así nos quedamos, él poniéndose el pijama de espaldas a mí, y yo de espaldas a él. Como si tuviéramos algo que escondernos, cuando en realidad, los dos conocemos cada milímetro de la piel del otro. Me giro tímidamente cuando estoy a punto de terminar de ponerme el pijama.
- Eh, no se vale! No puedes mirar! -dice como un niño pequeño.
- Pero si tu estabas mirando! Eres un tramposo!
- No soy un tramposo, lo que pasa es que no soy tan tonto de tenerte detrás desnuda y no mirar... -sonrío ante su respuesta. Me pongo el pantalón y me meto en la cama. Él sale de la habitación.
- Eh, ¿dónde vas?
- A apagar la tele. Tranquila, mi vida. Ya tenía pensado dormir aquí contigo. -vuelve a sonreír pícaramente, y yo vuelvo a quedarme sin palabras. Mientras le espero en la cama, me pongo a pensar... No nos hemos besado... Quizás porque ninguno sabe si debe hacerlo... Dani me saca de mis pensamientos metiéndose en la cama y abrazándome bajo las sábanas. Pega mi cuerpo al suyo, yo me dejo llevar.
- Buenas noches, mi amor. -me susurra mientras me provoca escalofríos con sus dulces besos en mi cuello...

lunes, 20 de febrero de 2012

Capitulo 133: No sé que es eso

Me quedo sin palabras, pero logro aguantarle la mirada. Me reflejo en sus ojos cada vez más brillantes, notando como los míos se van encharcando, pero me contengo. Él no dice nada, se limita a mirarme fijamente y entonces es cuando se me ocurre la mejor respuesta de todas.
- Te quiero.
Lo digo tímidamente, incluso en un simple susurro difícil de escuchar, pero Dani lo ha entendido. Bajo la mirada de sus ojos a su boca, y veo que está sonriendo, también tímidamente, pero sonríe. Sonríe de verdad. Cuando parece que va a responderme, un sonido nos interrumpe, el de su teléfono.
- Es Flo. -me dice antes de cogerlo. Habla con él y lo poco que escucho es a Dani explicándole que ya estamos en casa, que estoy mejor y que no se preocupe, que no me va a pasar nada porque él va a estar pendiente de mí. Cuando termina de hablar se sienta a mí lado en el sofá.
- Dani, ¿mañana hay programa, verdad?
- No. Flo nos ha dado unos días de descanso. Necesitas reposar y eres parte fundamental del programa, así que no podemos emitir sin ti. No te preocupes, la gente no sabe nada de lo que pasa. Todo el mundo piensa que nos hemos dado unas mini vacaciones, y lo han aceptado perfectamente. -sonrío aliviada.
- Menos mal, ya me estaba imaginando algo peor.
- Ya, con la cara que me has puesto sabía que ya estabas pensando en el fin definitivo del programa. -dice riéndose, yo sonrío y miro al suelo porque tiene razón- Ay pequeña, eres una exagerada... -extiende su brazo izquierdo para rodear mi espalda y pegarme a él, y finalmente me deja un beso en el pelo. Yo no puedo evitar sonreír ampliamente, le he echado tanto de menos...

Estamos un buen rato sentados en el sofá viendo la tele.
- Oye, tendrías que llamar a tus padres para contarles lo que te ha pasado ¿no?
- Es verdad. Ahora vengo, voy a llamarles. -voy a la habitación y llamo a mi madre. Le cuento todo lo que me ha pasado, pero le explico que ya estoy bien, que Dani me está cuidando y que solo necesito reposo. Ella sigue preocupada, normal. Cuando sigo hablando con ella, Dani entra en la habitación y con señas me indica que va a la farmacia y que se lleva las llaves. Hablo también con mi padre, que más tranquilo me aconseja que haga caso a lo que me diga Dani. La conversación se alarga, intento que entiendan que no hay de qué preocuparse, y parece que al cabo de mucho rato lo consigo. Cuelgo y voy al sofá, me tumbo y sigo viendo la tele y a los pocos minutos Dani vuelve. ¿Sabéis la sensación de sentirse sola, desamparada y sin nadie que te haga sentir especial? Pues yo ya no sé que es eso. Ahora solo conozco aquel sentimiento llamado "felicidad".
- Quédate aquí ¿vale? Voy a hacer la cena. -me da un beso en la mejilla y se dirige a la cocina. Cuando pasa media hora me siento en la mesa, preparada para comer lo que me ha cocinado. Estamos hablando tranquilamente, olvidándonos de que esta mañana ni siquiera nos dirigíamos la palabra. El silencio inunda la casa cuando parece que no tenemos nada más que decir, pero entonces Dani vuelve a hablarme.
- Anna... -empieza serio- ¿Recuerdas por qué te desmayaste?
- No... Solo sé que estábamos discutiendo Flo, tú y yo, pero no sé que pasó.
- Bf... -resopla- Verás, estábamos discutiendo porque yo escuché que Flo te contó que yo no había tenido nada con la chica que salía conmigo en la revista, que era todo un montaje. -asiento con la cabeza, porque empiezo a recordar- Pero yo dije algo que hizo que te desmayaras.
- ¿Cómo? -pregunto aturdida, esto no lo recuerdo.
- Sí. Dije que en realidad no había sido un montaje, que yo sí que tuve algo con esa chica. -mira fijamente su plato, incapaz de aguantarme la mirada.
- ¿¡Qué!? ¿Eso es verdad? -pregunto mientras mis cubiertos caen sobre el plato.

domingo, 19 de febrero de 2012

Capitulo 132: Ese eres tú

- ¿Cómo?
- Pues eso. Subimos y ahora te explico. -dice mientras me quita las llaves de la mano y abre él la puerta. El poco rato del ascensor se pasa sin miradas ni palabras nuestras, cada uno está girado a un lado. Siento que estoy subiendo con el vecino del cuarto, que ni siquiera recuerdo su nombre. Abre la puerta de casa, y en este momento sí me mira, para darme paso a entrar yo primera, le sonrío tímidamente dándole las gracias. Me quito el bolso y la chaqueta, y me quedo de pie esperando a que él también se quite el abrigo.
- Siéntate, anda. -le hago caso y le espero en el sofá- ¿Quieres agua?
- No, gracias. -él se dirige a la cocina para sacar una coca-coca de la nevera. Al verle aparecer con la lata en la mano, sonrío. Parece que esté en su casa y que viva aquí desde hace tiempo. Él como si no me hubiera visto sonreír, viene a sentarse en el sofá con el semblante serio.
- ¿Estás bien, necesitas algo? -me pregunta atento.
- No, de verdad. Estoy bien. -miento. Necesito que venga y me abrace, que me haga sentir protegida de verdad, que vuelva a ser el causante de mis sonrisas.
- Bueno... Ah sí. Tengo que ir a la farmacia a comprarte un medicamento.
- Bff, un medicamento... con lo despistada que soy yo para esas cosas.
- Yo te recordaré cuando te lo tienes que tomar, no te preocupes. Voy a cuidarte. -no me mira, no puede ver como ahora mismo estoy sonriendo. "Voy a cuidarte" creo que son las palabras que necesitaba oír, que él me cuide es lo que necesito. Pero al ver que sigue sin mirarme, me hago la dura.
- No hace falta, Dani. No tienes porque subir conmigo a mi casa, ni tienes que ser tú el que vaya a comprarme el medicamento, puedo hacerlo yo.
- Anna, -ahora sí me mira. Y preferiría que se hubiese mantenido con la mirada fijada en el suelo como antes, porque siento que no puedo estar más nerviosa al verme reflejada en esos ojos tan brillantes- me da igual como te pongas. Me da igual si te quieres hacer la fuerte, sé que necesitas que alguien te cuide, y pensé que yo podría hacerlo, aunque quizás prefieres irte a Mollet...
- No. -digo contundente- Si alguien puede cuidarme perfectamente, ese eres tú. -sonríe- Pero quizás esto es una carga para ti, y quizás yo en un par de horas ya esté totalmente bien.
- Anna, -repite, pero esta vez en lugar de mirarme fijamente me agarra ambas manos y las posa sobre mis rodillas y sí, esto me pone más nerviosa todavía.- cuando el médico nos llamó a mí y a Flo, nos dijo que necesitabas mucho reposo, muchas horas de descanso, y que debíamos estar pendientes de ti, porque nada nos aseguraba que dentro de unos días estuvieras peor o dejaras de comer otra vez... Y créeme, no soportaría verte otra vez desvanecerte de esa manera, o verte tumbada en una cama de hospital durante horas... Créeme cuando te digo que necesitas que te cuide, y que yo... que yo necesito cuidarte.

viernes, 17 de febrero de 2012

Capitulo 131: Me quedo

- Bueno, ¿no le importa que ellos sepan lo que le pasa? -me pregunta el médico mirando a Dani y Flo.
- No, puede decir lo que tenga que decir delante de ellos.
- Pues bien, señorita Simon, no. No está embarazada.
- ¿No? -decimos Dani y yo a la vez. El doctor niega con la cabeza. En este momento no sabría definir mis sentimientos. Es lo mejor, lo sé. Ni las circunstancias, ni Dani ni yo misma estamos preparados para tener un... hijo. Me quedo callada, no miro a nadie, y noto como Dani no me mira. Flo se mantiene callado, y el doctor sigue mirando sus papeles. Creo que si alguien me viera pensaría que estoy desilusionada con la respuesta, que a pesar de todo yo quería tener un hijo con Dani. Bueno... joder, no sé que siento. Pero si deseaba con todas mis fuerzas escuchar ese "no" ¿por qué ahora me siento mal? Quizás porque a pesar de todo, tener dentro de mí una personita que representara el amor que Dani y yo hemos sentido, es lo mejor que me podría pasar.
- ¿Entonces, si no está embarazada, que le pasa a Anna? -pregunta Flo que parece que es el único que mantiene la mente fría.
- Bueno es algo bastante complicado. -ahora sí miro a Dani, y él me devuelve la mirada pero yo no consigo descifrar que hay detrás de esos bonitos ojos- Anna por lo que me ha dicho y por los análisis es una persona de cuerpo débil, y no se cuida. Si tiene problemas personales no sabe salir adelante sin hacer daño a su cuerpo. Si el amor le ciega y le cierra el estómago ella no hace nada por recuperarse y eso tiene serias consecuencias.-el doctor sigue explicando que me pasa, pero no estoy del todo concentrada. Escucho que dice un nombre raro que supongo que define mi estado anímico. Flo y Dani escuchan atentamente. Después de contemplar a Dani de arriba a abajo unas cuantas veces mientras pienso todo lo que siento por él, escucho de nuevo al médico.- Así que lo que necesita es mucho reposo, y cuidarse mucho. Podrá salir del hospital en unas horas. ¿Pueden acompañarme a fuera un momento? -les dice a Dani y Flo.

- Bueno Annita, yo me voy a casa. Dani se queda contigo hasta que puedas salir ¿vale? -Flo se despide de mí al entrar de nuevo a la habitación después de haber salido con Dani y el médico.
- Bueno... Pues al final nada... -le digo a Dani al cabo del rato cuando él está sentado en la silla de al lado de mi cama.
- Eh... ya. -me contesta incómodo.
- ¿Pasa algo? -le pregunto y él me contesta negando con la cabeza. Él también está raro. ¿Y si ha sentido lo mismo que yo? ¿Y si a pesar de estar tan mal conmigo, de desear que no estuviera embarazada, ese "no" que pronunció el doctor, le dolió?...

Llega la hora de vestirse y de marchar. Dani tímidamente me ayuda a ponerme el pantalón. Me lleva hasta casa y me ayuda a bajar de su coche.
- Bueno, gracias por todo. -le digo antes de darle un beso en la mejilla, pero él se aparta.
- No, no. Si yo también subo.
- Puedo subir sola Dani, no te preocupes.
- No Anna, es que yo subo y me quedo.

martes, 7 de febrero de 2012

Capitulo 130: Asustados

- Dani, ¿está mejor? -escucho la voz de Flo después de escuchar como la puerta se vuelve a abrir y cerrar.
- No lo sé... -dice Dani intentando disimular la debilidad de su voz.
- ¿Y tú? ¿Estás bien?
- Bueno...

Intento abrir de nuevo los ojos, quiero que me vean, que dejen de preocuparse. Odio esta sensación.
- Anna, Anna. -dice Flo mientras se acerca por el lado opuesto de la cama en el que está situado Dani.
- Anna!!! -Dani me abraza al ver que he abierto un poco los ojos.
- Ho.hola... - Flo sonríe y se marcha para llamar al médico, o eso creo.
- ¿Cómo estás, preciosa? Me tenías asustado.
- Bien... Estoy un poco cansada.
- Te pondrás bien, de verdad. -Dani coge mi mano y me deja un beso en ella, haciendo que ningún cansancio me impida sonreír.

- Sí, se acaba de despertar. -Flo entra acompañado de un médico, que me sonríe amablemente.
- Bueno, ahora que ya está despierta tendremos que hacerle un par de análisis, para saber el motivo de su desmayo. Por lo que me han dicho, señorita Simon -dice dirigiéndose a mí- no es la primera vez que se marea de esta manera en las últimas semanas. -asiento con la cabeza- Bueno, pues tendremos que ver que está pasando en su cuerpo, ¿de acuerdo? Ahora vendrá una enfermera y será ella quién le haga las diferentes pruebas.

Al cabo de los minutos la enfermera llega, y me lleva a una sala. Allí me hace una serie de pruebas, y tengo que reconocerlo, tengo miedo, mucho miedo. No me acuerdo de nada de lo que pasó antes del desmayo. Solo recuerdo una discusión, pero no sé a qué vino. Nunca me había pasado esto, pero es que nunca se me había atrasado la regla tanto... ¿Y si estoy embarazada? Lo sabré hoy mismo, supongo.
Vuelvo a la habitación, y al poco rato vienen Dani y Flo, que por suerte no se separan de mí ningún segundo. Cuando parece que nos animamos un poco a hablar los tres, viene el doctor que interrumpe por completo nuestra conversación.

- ¿Saben ya que tiene? ¿Es grave? -pregunta Dani impaciente y preocupado.
- Lo intuimos. Tengo que hacerle varias preguntas. -dice mirándome- ¿Estos mareos desde cuando los tiene?
- Hace unas dos semanas y media.
- Y en estas casi tres semanas, ¿ha cambiado su alimentación? Quiero decir, ¿ha dejado de comer como antes?
- Bueno... Sí. Me salto varias comidas al día... -digo avergonzada al reconocerlo.
- ¿Tiene mucho estrés? ¿Falta de sueño? ¿Duerme mal?
- Sí.
- Mm... -dice pensativo- Y la menstruación, ¿ha habido alteración en ella, verdad?
- Sí. Tengo un retraso de unos 15 días... -miro a Dani, que atento a la conversación también me mira a mí, y noto como está asustado, aunque creo que no tanto como yo. El médico mira unos papeles en los cuales supongo que tendrá resultados de mis análisis, o algo así. Y yo impaciente y miedosa, decido preguntarle- ¿Doctor, estoy embarazada?