Capitulo 82: Ternura

Llego a casa. He quedado con Miki a las 9, así que todavía tengo tiempo para limpiar un poco la casa antes de arreglarme. La verdad es que me apetece quedar con él, saber como está y que ha hecho en este tiempo. Aunque no esté enamorada de Miki, siempre voy a quererle de algún modo, y siempre me va a interesar saber como está. Además, salir un rato me vendrá bien para despejarme, seguro que si me quedo en casa no dejaré de pensar en Dani, y por supuesto, no dejaré de llorar...
Me ducho y me preparo para salir, me pongo un tejano largo y un jersey no muy grueso, unos botines y me maquillo acorde con mi vestuario.
Llego al restaurante donde Miki dice que se cena muy bien, parece que conoce él más Madrid que yo. Todavía no ha llegado, echo de menos cuando quedaba con Dani y era él el que me esperaba a mí...
Aquí llega, está muy guapo, nos saludamos y entramos a cenar.
- ¿Y como te ha ido en estos meses? -le pregunto interesada.
- Bueno, trabajando he logrado olvidarme de cosas que me hacían daño, ya sabes...
- Ya, me imagino, lo siento... -sé que estaba mal por mi culpa, y eso no me hace sentir bien.
- No te preocupes, son cosas que pasan. Ahora me alegro de volverte a ver, tenía ganas de estar contigo, y charlar como amigos. -me alegra que diga que somos amigos, y no se espere nada más.
- Sí. Yo también quería verte, no sabía como te iba, y sentía curiosidad por saberlo.
- ¿A ti como te va? ¿Bien, no? -pregunta seguro.
- Sí... -digo con bastante inseguridad.
- ¿De verdad? -me conoce demasiado.
- Sí. Trabajando y eso, Madrid Mollet, Mollet Madrid. -digo sonriendo, parece que le he convencido.
Seguimos cenando, y cuando llegan los postres me pregunta algo que quería que no preguntara.
- ¿Y Dani? ¿Qué tal?
- ¿Dani? -casi me atraganto- Bien, bien. Como todos. -digo restándole importancia.
- Ya. Bueno, supongo que con él no estás como con todos.
- ¿Qué quieres decir? -pregunto extrañada.
- ¿Estáis juntos? -me pregunta directo.
- No, no. -desgraciadamente no miento.
- Pensé que me dejaste por él...
- No Miki... -me duele mentirle- ¿Y te ha salido algún otro proyecto laboral? -cambio de tema.
- Sí... -empieza a contarme sus nuevas obras de teatro y yo le escucho atentamente después de respirar hondo porque no siguió preguntándome sobre Dani.
Salimos del restaurante, para ir a tomar una copa a algún sitio, nos lo estamos pasando muy bien. Después de estar un buen rato en un bar charlando aún más, cuando ya son las 3 de la mañana decidimos salir. Miki insiste en acompañarme a casa, y al final acepto. Esta noche me he dado cuenta de que lo máximo que siento por Miki es ternura, nada más. Toda la pasión, el amor y el deseo de mi cuerpo pertenecen a Dani.
Mientras caminamos me parece haber visto a quien no quería ver más, y aunque rezo para que no sea él, cuando estamos ya cerca me doy cuenta de que sí, es Dani y además está borracho, muy borracho. Esto puede acabar mal.