Capitulo 84: Mi debilidad

Estoy en casa, Miki se fue sin despedirse, después de confesarle que estoy enamorada de Dani se quedó callado y se fue. Me tumbo en mi cama, y me doy cuenta de que huele a Dani, doy vueltas de un lado para otro respirando cada parte de la cama que tiene su olor, soy masoquista, sí. Y me duermo respirando el aroma de su colonia, de esa que sabe que tanto me gusta, y que por poca que se ponga siempre le queda el olor en la piel.
Me despierto y desayuno, intento no pensar en lo que pasó ayer, Dani me falló... No quería que Miki se enterara de nada y él se lo contó, me pongo furiosa cuando lo recuerdo.
Llego al programa y me meto en mi camerino para leer el guión. Al cabo del rato salgo para ir al baño y me encuentro a Flo.
- Anna, voy a la farmacia a comprarle algo a Dani, está fatal y no sé si podrá hacer el programa.
- ¿Qué? -digo preocupada.
- Sí, le duele mucho el estómago... Está en su camerino.
- Si quieres voy yo a la farmacia, que tú estarás más ocupado. -le propongo.
- Vale. -me dice.

Voy a la farmacia y le compro un medicamento, Dani se tiene que poner bien, no soportaría que le pasara algo... Vuelvo al programa y me dirijo al camerino de Dani. Llamo a la puerta y casi sin fuerzas Dani me da permiso para entrar. Cuando me ve intenta levantarse.
- Quédate ahí, será mejor que no te muevas mucho. -sigo enfadada con él- Te he traído un medicamento.
- Gracias. -dice como puede. Le miro y está tan mal... Tiene muy mal aspecto, tengo tantas ganas de abrazarle... Pero tengo que estar enfadada con él, ayer se comportó fatal.
- Bueno... -digo cuando me dispongo a irme de su camerino.
- Anna... Quiero pedirte perdón. -me giro, ya es lo que me faltaba, verle así de mal y arrepentido, pidiéndome perdón, Dani es mi debilidad, intento enfadarme con él, pero no puedo... Hoy no.
- Será mejor que no hablemos de eso...
- Tenemos que hablarlo, ayer me comporté fatal, te fallé... -se levanta para acercarse a mi y veo como intenta disimular su dolor pero se lo noto, le duele mucho.
- A ver, quédate ahí, ven. -le cojo la mano y le llevo al sofá, me siento y ayudo a que Dani se tumbe para que ponga su cabeza en mis muslos, se queda tumbado boca arriba mirándome, y yo miro abajo para verle- Mira, mi madre siempre cuando me dolía la barriga me hacía esto.
Le levanto un poco la camiseta, para que su barriga quede al descubierto, pongo mi mano cerca de su ombligo y le toco suavemente mientras digo unas palabras en catalán.
- Es un juego tonto, pero siempre me animaba... -digo mientras sigo tocándole la barriga.
- Me encanta, sentirte cerca me calma, de verdad.
- Me alegro. Ahora cierra los ojos -le empiezo a acariciar el pelo- y relájate, piensa en algo que te guste, algo que te transmita tranquilidad y que te haga sentir bien.
-  Pensaré en ti...