Capitulo 88: En las nubes

Tengo los ojos cerrados, creo que estoy flotando en el cielo, Dani consigue llevarme a lo más alto con tan solo un beso... Debería separarlo de mí, debería dejar de besarle, pero no puedo, no puedo parar... Pongo mis manos alrededor de su cuello y le acaricio suavemente la zona más baja de la cabeza. Él tiene una mano posada en mi cintura, rodeándome con su brazo y apretándome contra él para que en ningún momento pueda escaparme, y bueno es que ni lo intento. Su otra mano está entre mi mejilla y mi cuello, agarrándome suavemente un lateral de la cara y acariciándome con las yemas de sus dedos.
Su lengua se entrelaza con la mía, y entre ellas hay una gran complicidad, se conocen demasiado bien y ellas se demuestran cuánto se han echado de menos. De repente vuelvo a pensar en lo mal que está esto, bueno, en realidad esto es infinitamente bueno, él sabe infinitamente bien, pero esto me va a hacer daño... Dani me muerde el labio inferior y sin verle noto como sonríe, haciéndome sonreír a mí también y haciendo que me olvide de lo demás, que me olvide del sufrimiento que esto me va a causar, y cuando voy a abrir los ojos, me vuelve a besar y entonces vuelvo a cerrar los ojos para sentir como la magia nos envuelve, aquí en un baño, en un sitio que no es ni bonito, pero que Dani hace inigualable. Pasan los minutos, pero no importa, seguimos besándonos como si no hubiera mañana, seguimos disfrutando con nuestros besos y seguimos estremeciéndonos con cada caricia.
- No... -digo entre besos.
- Sí... -dice él sin dejar de besarme.
- No Dani, esto no está bien... -digo sin dejar de besarle y girándonos para que sea él el que quede apoyado en la pared.
- Esto está perfecto... -dice poniéndonos otra vez como al principio, y agarrándome con más fuerza todavía.
- Tenemos que parar... -digo separándome de él.
- No puedo... -dice acercándose a mí y empujándome para apoyarme en la pared opuesta, me mira a los ojos y yo le miro a él, no nos besamos- Mi amor...
Le agarro de la cintura y le empujo contra mí, con ese "mi amor" me ha ganado otra vez por completo, con esas dos palabras ha hecho mis ganas de besarle sean superiores a todo lo demás, y entonces soy yo la que le beso, soy yo la que provoca que nuestros labios se vuelvan a juntar y soy yo la que hace que él se sienta en el cielo, en las nubes...