Capitulo 92: No olvido

No me puedo negar a su propuesta, y empiezo a caminar hacia mi casa. Dani está a mi lado, y tiene mi mano cogida, pensé que me la cogería solo un momento, pero veo que tiene pensado llevar nuestras manos unidas todo el camino, algo que me encanta. A los pocos minutos llegamos, vivo muy cerca por eso veía innecesario que Dani me acompañara, pero solo estar unos minutos más tocándole me han hecho feliz.
- Bueno... Pues ya hemos llegado. -digo algo nerviosa.
- Pues... Parece que sí. -dice también nervioso.
- Gracias por acompañarme. -digo acercándome para darle un beso en la mejilla.
- De nada. -dice alejándose, no quiero que se vaya, no puedo ver como se aleja de mí...
- Dani! -le grito cuando ya está algo lejos, se acerca a mí- ¿Quieres subir?
- Eh... Claro. -dice sonriente. No se esperaba que le invitara a subir, bueno yo tampoco, surgió solo, cuando veía que se iba y mis ganas de estar con él eran superiores a todo lo demás.
Subimos sin hablar, no sé que vamos a hacer en mi casa, ni siquiera sé que voy a decirle. Abro la puerta y veo que está todo fatal, mierda... Se me olvidaba lo desordenada que soy.
- Esto... ¿puedes esperar fuera mientras ordeno un poco? -le pregunto.
- ¿Me vas a dejar aquí con el frío que hace? -dice con carita de pena.
- Es peor que entres y veas como está todo...
- Annita, no me va a sorprender nada de ti, son muchos momentos compartidos... -dice entrando en mi casa como si fuera la suya.
- Eh, ¿dónde vas? Pide permiso, no? Qué es mi casa!
- Con todo lo que he pasado aquí, es como mi casa también. Pues sí que lo tienes desordenado, madre mía, y con la de tiempo libre que tienes, que vaga eres... -dice mirando el salón y finalmente mirándome a mi.
- Vale vale, ¿algún defecto más que me quieras sacar? -digo haciéndome la enfadada.
- ¿Quién ha hablado de defectos? Cuando se trata de ti, no existen los defectos, todo son virtudes... -me dice cuando me doy cuenta de que estamos bastante cerca, demasiado para dos personas que solo son amigos...
- Eh... -digo nerviosa sin saber que responder- Voy al baño...
- Echa ambientador luego, que nos conocemos. -dice riendo, le miro con cara de sospecha antes de entrar al lavabo. Salgo y voy al salón, pero no está, ¿donde se ha metido? Voy a la cocina y tampoco, finalmente me dirijo a mi habitación y ahí lo veo.
- ¿Qué hace usted aquí? -le pregunto.
- Nada, cotilleando. -dice sentándose en mi cama- ¿Y este peluche? -pregunta señalando el oso gigante que me regaló hace tiempo, al final volví a dormir con él.
- Me lo regalaste tú, ya veo de lo que te acuerdas. -digo enfadada de verdad.
- Anna -dice agarrándome de la mano y empujándome para que me siente a su lado- claro que me acuerdo, yo no olvido, no olvido lo que sentí al comprártelo, no olvido lo que sentí al ver que dormías con él, aquí... En esta cama, donde tampoco olvido todo lo que vivimos.